lunes, 19 de enero de 2009

Hoy voy a hablar de ti.

¿Qué es el tiempo? Mientras más vueltas le doy a esa pregunta, más entiendo la frase de que el tiempo es relativo. Para mí, es un conjunto de momentos que se van tejiendo uno tras otro y no tiene nada que ver con los minutos o los días o los años, simplemente momentos.

Y en esta obsesión por hablar de eso, hoy voy a hablar de ti, de mi tiempo contigo y de mi tiempo sin ti, porque tercamente no me he cansado de hacerlo, porque necesito sacarlo de mi organismo una y otra vez como si al hacerlo me fuera desintoxicando de lo que quedó aún sabiendo que siempre estará ahí.

Todo empezó un día que estaba con mis amigas en algún bar de la hermosa ciudad de Puebla, en uno de esos momentos en los que no te importa nada más que pasártela bien con una copa en la mano cuando te vi, esa fue la primera vez que se cruzaron nuestras miradas, y no me dejaste de ver en toda la noche, lo que siguió es historia, y lo supe, supe que te iba a amar como nunca me hubiera imaginado y tu también lo supiste. Ese día le hablaste a tu primo y le dijiste “acabo de conocer al amor de mi vida”.

Todo fue creciendo como algo natural, hasta el momento en que nuestras historias se entrelazaron de una forma impresionante, mis amigos eran tus amigos, mi familia era tu familia, mi historia era tu historia y todo al revés también. Y llegó el amor, el verdadero amor en el que conoces tanto a una persona que se vuelve parte de ti, que con una mirada puedes decir todo, que no te importan los defectos porque aunque los conoces y los odias valen menos de lo que vale lo increíble que están viviendo.

Entonces pasó el tiempo, ese tiempo que te lleva a la costumbre y a la falsa seguridad de que todo va a seguir igual y no lo supimos manejar, no pudimos contra esa monotonía que nos acabó separando. ¿Qué nos pasó? Te pregunté un día 6 meses después de haber terminado, ¿Qué nos pasó si nos amábamos tanto? “Nos amábamos mucho, muy cabrón” me respondiste. Ninguno de los dos lo sabe, y nos volvimos un poco locos, nos encontrábamos y se sentía una energía muy fuerte, un rebote de todo lo que hubo, una necesidad por abrazarnos y saber un poquito de la persona que fue nuestra mitad.

Es cuando me pregunto qué son 5 años, no sé si mucho o poco. Para mí, lo suficiente para tener esta sensación que después de un año de habernos alejado sigues vigente. Porque crecí contigo, porque soy yo pero también soy tu y porque tú eres yo también. Y no porque seamos uno mismo sino porque cuando vives tanto con alguien ese alguien empieza a ser parte de ti y te deja tatuado para siempre.

No sé qué pase en el futuro de lo que estoy segura de que nunca te voy a olvidar y sé que tu a mi tampoco.

Ahora estoy tranquila y segura de que viene algo increíble porque soy una eterna enamorada del amor y creo en él, sé que está ahí esperando por mí en alguna parte.

2 comentarios:

Chía dijo...

haaaaaay amiga! Si que estabas inspirada!... lo que escribes lo siento tanto como si fuera mio! Tal vez porque nuestras historias siempre fueron muy parecidas...
Ese tiempo si que es relativo! Pero se que eres mas decidida y fuerte que yo y que ahora esta distancia era necesaria para ti... No olvides que lo amado nadie te lo quita y que el llorar, escribir, hablar con tus amigas y tomar unas buenas copas son lo que nos ayudan a que esa válvula de escape no explote, y un día... te daras cuenta si solo es pasado o también será tu futuro...

Marcela dijo...

Wowww roomie!!! Qué lindo... Y que bueno que lo escribes y neceas como tanto dices, nada mejor que poner los sentimientos en palabras, puede ayudar mucho no?

Vaya que el tiempo es tan relativo! Y la vida tan loca! Pero seguro que sea lo que sea te esperan grandes cosas, por la simple y sencilla razón de que te las mereces y por todo lo que estás creciendo como persona!